enero 31, 2022

Prohibido fumar en las terrazas... ¿para siempre?

Extremadura no permite ahora consumir tabaco en veladores si no hay 2 metros de distancia. Colectivos sanitarios y de enfermos piden llevar más allá de la pandemia esta medida.

Los dos últimos años han propiciado un salto en la lucha de contra el tabaquismo en Extremadura como consecuencia de las ‘medidas covid’ y ahora está por ver si se consolidará en los próximos meses, con la intención trasladada por el Ministerio de Sanidad de ampliar los espacios sin humo. 

El riesgo de propagación del coronavirus a través de los aerosoles y la influencia del tabaco en ello ya motivó, entre otras decisiones, que en 2020 se extendiera a las terrazas de los locales de hostelería el veto que existía desde 2011 sobre el consumo de tabaco en el interior de estos establecimientos. El matiz en la pandemia, eso sí, lo marcaba la posibilidad de mantener o no la distancia considerada de seguridad. La primera medida se adoptó en agosto de 2020: el Consejo Interterritorial de Salud acordó prohibir fumar en la calle y en los espacios al aire libre en general (como los veladores) si no se podía garantizar una distancia interpersonal de 1,5 metros; y en julio de 2021, esa distancia se amplió a dos metros. 

A partir de ese momento no se han adoptado nuevas medidas en relación a la limitación del consumo de tabaco con carácter general, pero varias comunidades sí han dado pasos en el ámbito de sus competencias para contener la pandemia y Extremadura ha sido una de ellas, aunque no la más restrictiva. 

El pasado mes de septiembre, el Consejo de Gobierno fijó las condiciones del escenario de nueva normalidad, que mantiene la prohibición de fumar si no se garantizan los dos metros «en las terrazas de los establecimientos que desarrollen actividades de hostelería y restauración», según se recoge en el DOE de 29 de septiembre (en otras comunidades como Cantabria o Aragón la prohibición es total, sin distancia mínima). La limitación, eso sí, afecta tanto al tabaco tradicional como «a cualquier otro dispositivo para fumar, cigarrillos electrónicos, pipas de agua o cachimbas, tabaco calentado o similares», ahonda. La prohibición sigue en vigor, por tanto, y se cumple de forma más o menos generalizada, aunque no siempre, según reconocen tanto clientes como hosteleros.

«La gente lo ha acatado ahora como norma general. Creo que es responsable en ese sentido, se levanta y se aparta cuando quiere fumar», sostiene Antonio Martínez, presidente de la Asociación de Empresarios de Hostelería y Turismo de Extremadura. Otra cosa es que esta norma sea permanente y se extienda más allá de la pandemia: «Tengo mis dudas. Porque las circunstancias de cada sector de la hostelería son diferentes. En la restauración, la gente no para de comer para encender un cigarro, pero tomando una caña o un café... Supongo que se acabarían levantando como hace ahora», dice el empresario.

Si el tabaco en cualquiera de sus formatos queda o no desterrado definitivamente de los veladores y otros espacios abiertos dependerá  de lo que se recoja finalmente en el Plan Integral Contra el Tabaquismo que el Ministerio de Sanidad tiene sobre la mesa desde finales de 2021 con la pretensión de que se apruebe a lo largo de este año. La Junta no se pronuncia sobre ese primer borrador y esperará a que se eleve a definitivo; mientras las sociedades médicas y científicas reclaman avances hacia un endurecimiento que han ido abordando otros países. Ven «más que probable» que salga adelante la limitación de fumar en las terrazas de forma definitiva, mientras a nivel local surgen iniciativas como la de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) en Cáceres, que ha presentado una alegación a la nueva ordenanza de terrazas local para que prohíba el tabaco.

Los extremeños son los que más fuman

«Es una petición unánime de la comunidad médica y científica. Pero no es una persecución al fumador, sino una forma de proteger a quien no fuma y también de estimular al que lo hace para que deje el tabaco», razona Emilio Salguero Chaves, médico de familia, coordinador del Grupo de Trabajo de Abordaje al Tabaquismo (GAT) de la Sociedad Extremeña de Medicina Familiar y Comunitaria y delegado en Extremadura para el Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT), uno de los colectivos que estudia el borrador de la reforma que se pretende llevar a cabo. Este médico confía en que el nuevo plan integral suponga un avance sustancial, no solo en la ampliación de los espacios sin humo sino también en otras medidas, como la subida del precio o empaquetados neutros para disuadir a los potenciales clientes.

Tras la reivindicación desde la sanidad extremeña están las cifras del consumo de tabaco. Los extremeños son los españoles que más fuman según la Encuesta Europea de Salud en España de 2020: una cuarta parte de los que tienen 15 o más años (25,32%) lo hace a diario y la región está seis puntos por encima del promedio estatal (19,78%). La cifra, además, casi no se ha movido en la última década: apenas ha caído un punto, frente a los cuatro a nivel nacional desde que se prohibió fumar en los bares en 2011. 

Y junto a los datos del tabaquismo, las consecuencias: «Cinco personas mueren cada día en la región como consecuencia del tabaco; unas 150 personas al mes», recuerda Juan Antonio Riesco, neumólogo responsable de la unidad especializada en tabaquismo del Hospital Universitario San Pedro de Alcántara de Cáceres y miembro de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR). Aboga por «terrazas libres de humo como paradigma», más allá de la pandemia y siguiendo las conclusiones de los últimos estudios a propósito del covid. 

«Cuando un fumador exhala el producto procedente del cigarrillo lo hace con más fuerza que al respirar de forma normal y las partículas pueden llegar a ocho metros de distancia. En ellas se puede adherir el coronavirus, pero también otro tipo de gérmenes que están en suspensión y que pueden ser nocivos para la salud», explica el experto. Pasa con el humo del tabaco, pero también «con los tóxicos procedentes de los distintos dispositivos electrónicos; e incluso los restos de las colillas que se acumulan en las terrazas, cargadas de partículas que se pueden vehiculizar también», apunta. 

¿Se prohibirá para siempre el consumo de tabaco en las terrazas? «Esperamos que sean el paradigma de la limitación del consumo de tabaco en los espacios abiertos», insiste el neumólogo, que cree «superado» el debate en torno a la criminalización de los fumadores que supone cada restricción a este hábito que se pone sobre la mesa. «Hoy todo el mundo entiende que debe prevalecer la salud», argumenta; y habla de la salud del que fuma («hay que acompañarle para que deje de hacerlo»), pero especialmente del que no lo hace y se convierte en «fumador pasivo». «La evidencia científica sustenta ahora una decisión contundente para aliviar a los no fumadores de los agentes tóxicos del tabaco y para proteger a los trabajadores de la hostelería de la exposición», zanja.

«Me molesta que fumen a mi lado, pero no digo nada»

Marina Recio. No fumadora (Badajoz)

Marina Recio aprovecha la mañana de sol en el paseo de San Francisco de Badajoz para sentarse con su bebé en una terraza a tomar un café. Marina ya no fuma, pero hubo un tiempo en que sí: «Mucho, además, pero ahora ya no». A esta joven le parece «fenomenal» que esté prohibido fumar en las terrazas, pero también reconoce que «no se respeta». «De hecho mi familia no lo respeta, cuando yo salgo con ellos fuman y además se quejan de la norma», cuenta, «hasta alguien del bar les llama la atención no dejan de fumar». De hecho, Marina ha sido testigo de cómo alguna vez a sus parientes fumadores un camarero les han recriminado que enciendan el cigarrillo en el velador cuando hay más gente sentada a su alrededor, aunque sabe que, al menos por su experiencia, no es lo habitual. «La verdad es que casi nunca les dicen nada». Y ella nunca se ha quejado de que alguien pueda estar fumando a su lado. «Me molesta pero no digo nada, por no entrar en una discusión básicamente». A Marina le gustaría que esta prohibición continuase más allá del covid, «porque aunque estemos en una terraza, los demás estamos respirando el humo y si viene aire me lo trago; además, para los que tenemos bebés...», señala, informa A. M. R.

«Prohibirlo por completo haría mucho daño a la hostelería»

Miguel Crespo. Hostelero de Zeppelin (Cáceres)

Una cosa es poner restricciones al consumo de tabaco en las terrazas por la pandemia y otra que la prohibición sea total y definitiva. «Haría mucho daño a la hostelería, porque el cigarro va ligado al momento en el que estás sentado tomándote una caña, un vino o un café», reconoce Miguel Crespo, hostelero del local cacereño Zeppelin, que lleva tres décadas de actividad. La restricción actual obliga a distanciarse dos metros para poder encender un cigarrillo en la terraza y eso de momento se cumple de forma más o menos generalizada, salvo excepciones. «La gente se levanta y se retira. Pero como en todo, siempre hay alguien que se niega, ¿y qué haces? Yo tampoco soy policía para estar detrás de la gente», explica. 

Crespo recuerda el impacto que tuvo hace una década la prohibición de fumar en el interior de los locales: «Fue duro y a la gente le costó habituarse. Pero entiendo que eso era necesario hacerlo y mira que yo soy fumador», rememora. Pero otra cosa es el planteamiento que ahora está sobre la mesa para prohibir de forma definitiva el consumo de tabaco en los veladores. «Siempre hay que respetar al que no fuma, pero los fumadores también tienen derecho y cada vez lo van teniendo más difícil», afirma.

«Se podrían perder clientes por no dejar fumar en las terrazas»

Juani García. Hostelera de Jaleo (Mérida)

«Se podrían perder clientes por no dejar fumar en las terrazas». Así de contundente se expresa Juani García, propietaria del restaurante Jaleo, que abrió sus puertas el pasado mes de julio en la plaza de la Constitución de Mérida. Esta emeritense también regenta desde hace 10 años el Jazz Bar, por lo que conoce bien el negocio de la hostelería y está convencida de que el sector se verá perjudicado si sale adelante la prohibición de fumar en las terrazas. 

«Llevamos dos años que son para llorar y si encima prohíben que no se pueda fumar en el exterior, la situación será peor todavía», sostiene la hostelera, quien apunta que esto significaría «otro impedimento más para que la gente salga». «El fumador pensará que si no puede fumar, pues se reúne en casa con los amigos», lamenta García. Con respecto a la normativa actual que obliga a mantener dos metros de distancia para poder fumar en un velador, reconoce que hay establecimientos hosteleros que sí la cumplen y otros no. «A veces tienes que estar detrás del cliente», señala. A pesar de todas las dificultades que viene registrando el sector hostelero a causa de la pandemia de coronavirus, García está con ganas y confía en que la situación va a remontar, informa C. H.

«La mayoría de fumadores se han adaptado a las medidas»

Fernando Santiago. Fumador (Plasencia)

Fernando Santiago es fumador y no quiere dejar de serlo, pero tiene claro que «hay que ser solidarios con los que no fuman», sobre todo cuando hay niños cerca y también que hay que «tener cuidado» con los que se tiene alrededor porque es una forma de transmitir el coronavirus, por lo que no quiere «perjudicar a los demás».

Afirma que, en la mayoría de las terrazas, «los fumadores se apartan y se alejan para fumar, por respeto», pero señala que es una cuestión de «responsabilidad personal» del fumador porque el hostelero «no tiene que ser un policía». 

Santiago asegura que los fumadores se han adaptado a las medidas, aunque lamenta que cada vez haya más restricciones y solo puede fumar «donde imponen». «Me estoy adaptando por una cuestión de salud lógica, pero si hay tantas imposiciones, por qué siguen vendiéndolo, es un tema muy complicado».

Respecto a la posibilidad de que se mantenga la restricción de fumar en las terrazas, reconoce:«Ya estoy adaptado, ya me da igual», aunque señala que preferiría que se permitiera de nuevo, «pero es salud y tengo claro que con el tiempo no se podrá y se eliminará y cada vez habrá menos sitios para fumar, lo irán eliminando», afirma, informa Raquel Rodríguez.

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